En los últimos tiempos Leipzig se ha convertido en la ciudad favorita de Alemania del este. Tras los días turbulentos de la reunificación alemana en 1990 su industria quedó devastada y muchos habitantes la abandonaron. Hoy, 33 años más tarde, la ciudad se ha transformado completamente y vive una época dorada. Se ha convertido en un faro para la juventud, lo nuevo y la cultura. Y todo esto llama la atención del turismo porque hay mucho que ver en Leipzig y mucho que escuchar.

Leipzig es antigua y moderna a la vez. Cuenta con 1010 años desde su fundicación. Pero también es moderna porque su universidad y oferta cultural atrae a muchos jóvenes. Las grandes fábricas abandonadas se transformaron en talleres de pintores, escultores y todo tipo de artistas. Algunas se transformaron en salas de conciertos donde tocan bandas de toda Europa. También hay ferias y mercados alternativos.

Esta oferta de lo viejo y lo alternativo es lo atractivo de Leipzig. Se dice que se parece mucho a la Berlín de hace 10 o 15 años. Pero la capital ya se volvió muy turística, los precios subieron y los artistas comenzaron a mudarse. Así fue que encontraron su lugar en Leipzig donde los precios aún son muy accesibles. Y de esta manera la ciudad se ganó el sobrenombre de “La nueva Berlín”.